Un cachete, una bofetada, un azote, una colleja, un capón, un zapatillazo... Son términos clásicos, con connotaciones no demasiado negativas y que muchos españoles tienen asociados a la educación de sus hijos. Utilizados de forma muy puntual, como último recurso, para marcar claramente un límite a un niño o a un preadolescente, un buen número de personas lo ven como algo eficaz.
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/cachete/duele/funciona/elpepusoc/20101117elpepisoc_1/Tes
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